Cinco horas con Mario

Cino horas con Mario se inscribe dentro de los clásicos españoles del siglo XX. Miguel Delibes, una de nuestras grandes figuras de la literatura, nos legó uno de esos personajes que permanecen en el imaginario colectivo y que trascienden de la propia literatura para ocupar un espacio en la vida cotidiana. Carmen Sotillo, no es un personaje, es una persona a la que conocemos, con la que hemos compartido muchos momentos. Este nuevo montaje recupera una obra que en su primera puesta en escena llegó a representarse a lo largo de diez años con los teatros abarrotados. En esta ocasión es Natalia Millán, una excelente actriz, la que dará vida a la Persona.

Marzo de 1966. Carmen Sotillo acaba de perder a su marido, Mario, de forma inesperada. Una vez que las visitas y la familia se han retirado, ella sola vela durante la última noche el cadáver de su marido e inicia con él un monólogo-diálogo en el que descubrimos sus personalidades y la incomunicación de su matrimonio. Y, como si el conflicto matrimonial de Carmen y Mario fuera una piedra arrojada en un estanque, en círculos concéntricos aparecen su familia, sus amigos, todos los personajes de
la ciudad de provincias, del tendero a las autoridades, claros, nítidos, identificados con rasgos inolvidables, y la vida española de esos años, la ciudad, llega a palpitar viva en las palabras de Delibes.

Cinco horas con Mario es, entre otras muchas cosas, el espectáculo de un lenguaje, de una forma de hablar burguesa y provinciana, de la que Delibes dejó, como un notario, fe literaria y teatral. Con una forma entrecortada, detallista al mínimo, reiterativa y llena de tópicos, Carmen Sotillo dice cosas, emite juicios, se manifiesta de manera que a muchos jóvenes de hoy les puede parecer increíble o considerarla medio tonta. Pero ese lenguaje existía, esos juicios se emitían, esas “cosas” de Carmen estaban en la vida de todos los días. El monólogo de Carmen Sotillo ante el cadáver de su marido, interrumpido al final por la presencia de su hijo mayor, refleja una época reciente de nuestra historia, una condición femenina que existía, una vida española no tan lejana y es, también, una denuncia de las cosas, -tantas-, que entonces estaban mal o muy mal para cualquier observador de buena voluntad. Pero por encima de todo esto, sus valores permanecen fuera del tiempo, eternos. El sentido de culpa, la incomunicación de la pareja, la inevitable soledad, visto todo ello, en unos casos, desde el prisma del humor más divertido y, en otros, con sus rasgos más trágicos, convierten a Cinco horas con Mario en un clásico contemporáneo.

Sobre la producción

Durante el año 2009 la Productora acordó con Miguel Delibes la nueva producción de la obra, en la que, por primera vez, una nueva actriz interpretaría a Carmen Sotillo, papel que hasta la fecha sólo ha interpretado Lola Herrera.Delibes estaba ilusionado con este nuevo proyecto y en las conversaciones mantenidas nos sugirió que decidiéramos la nueva intérprete con el máximo cuidado, que “no fuera una artista de relumbrón” y, a poder ser, “que fuera lo más mona posible” dentro de los cuarenta y tantos años que debe tener el personaje. Desgraciadamente Delibes no podrá ver a su nueva Carmen Sotillo. Pero nosotros creemos haber cumplido sus deseos. Como decíamos, Lola Herrera es la única actriz que hasta el momento ha interpretado Cinco horas con Mario. Tenía 44 años cuando estrenó la función y la interpretó hasta bien entrados los sesenta. Ella misma quería que la función continuase, así nos lo sugerían constantemente tanto a ella como a la Productora, pero ya tenía que ser con una intérprete nueva. Mario muere de un infarto inesperado con 49 años y su mujer Carmen Sotillo es más joven que él. Natalia Millán aborda el proyecto con total ilusión y entrega. Acostumbrada a los retos profesionales, como ha demostrado a lo largo de su carrera, lo primero que hizo al proponerle el papel fue hablar largamente con Lola, que nos ha trasmitido su total acuerdo con el acierto de que sea Natalia Millán, a la que conoce bien por haber trabajado juntas, quien interprete a Carmen Sotillo.

Natalia Millán es una actriz completa, versátil, que ya demostró su enorme capacidad al asumir el papel protagonista de Cabaret y, después de cuatro años, cambiar por completo e interpretar a la protagonista de un clásico como El Mercader de Venecia. Además es una actriz que goza de la enorme popularidad televisiva que le han dado sus trabajos en ese medio –actualmente El Internado en Antena 3– sin caer nunca en fáciles utilizaciones de esa popularidad. Una actriz magnífica, una profesional muy completa, rigurosa en sus trabajos, el último de los cuales ha sido la protagonista del musical Chicago con un éxito completo.

Estamos, pues, ante una nueva producción de este ya clásico contemporáneo en la que “se cambiará todo lo necesario para que todo siga igual”.Habrá variaciones en el decorado, la iluminación y los elementos básicos de la puesta en escena, aparte de en sus intérpretes. La Dirección será de nuevo asumida por Josefina Molina, como no podía ser de otra manera.

25% mayores 65, carnet joven y familia numerosa

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